viernes, 21 de noviembre de 2008

De cóndor a mariposa

…El hombre del Tahuantinsuyu se representaba la flecha del tiempo de distinta forma que su dominador. Para él, el futuro se hallaba a sus espaldas, como aquello que no puede verse y el pasado frente suyo, aquello certisimo del pasado. Si debía arrojar una piedra a sus espaldas tendría que ser muy conciente de aciertos, errores e ignorancias para que sus acciones futuras no golpearan en su nuca.
...Cuando una mariposa bate sus alas en las costas del mar de la China…

Pensemos el choque violento de dos trayectorias, una es la de un viaje en un tiempo cronológicamente breve, un par de siglos. Así, el europeo, descendiente de las gigantescas luchas milenarias entre imperios que se disputaron la tenencia de la tierra durante diez mil años. Nos referimos en un primer momento a españoles y portugueses y, poco tiempo después, ingleses, franceses y holandeses entre las naciones que saldrán a la conquista. De forma repentina llegan a un territorio donde la tierra se aparece ante sus ojos en su magnifica extensión escasamente cultivada y explotada en todo sentido. Pero hay un pequeño inconveniente, este “nuevo” continente no se encuentra vacío, existe la molesta presencia de comunidades.
Este nuevo Edén se hallaba habitado por civilizaciones altamente desarrolladas tecnológica y culturalmente en la zona del actual México y en el corredor andino que hoy es Perú, Bolivia y el noroeste argentino; los aztecas, los incas y sus áreas de influencia. Pero también existían en este gran territorio sociedades cuyo desarrollo no había alcanzado el nivel de la agricultura sostenible. No conocían la agricultura o era muy incipiente. Otros eran nómades, es decir que no estaban arraigados a la tierra y su dependencia de la caza los hacía migrar constantemente en busca de presas. Paradójicamente ellos mismos se convertirían en la presa.
La otra trayectoria es, por tanto, la de un viaje interrumpido: la de un pueblo que sigue los pasos de su propia evolución desde el cazador recolector hacia el agricultor que comunitariamente distribuye la tierra o sus productos. Por un instante dejemos de lado si esa distribución era pareja o no. Según Gabriel García Márquez reclamaba Bolívar al europeo que dejase al americano atravesar su edad media en paz, pero si ampliamos este concepto, en la mayor parte de América encontraremos naciones a las cuales se les ha impedido atravesar su propia edad de bronce.
Si se parte de una noción antropológica(1) que ubica el comienzo de los grandes imperios y las grandes masacres humanas en el continente euroasiático, al final del neolítico con el descubrimiento del uso de la tierra como un sostén confiable y valioso para poblaciones crecientes y estables, con tendencia a la autosuficiencia y por lo tanto capaz de generar tiempos de ocio necesarios para que la mente humana se elevara a las estrellas, a la escritura y a las matemáticas, como contrapartida la posesión estable de las tierras, cuanto más tierra mejor, fue la verdadera fuerza que sostuvo la espada, la lanza y encendió la mecha del cañón, razón de las más sangrientas disputas de la historia occidental. La tierra, y pronto aprendieron, todos los bienes escasos, confieren el poder al que los acumula.
Propongo que un viaje geográfico, transversal en el espacio y el tiempo choca con el periplo propio evolutivo, viaje en el tiempo y en la diversidad, de un continente que ni siquiera pudo elegir el nombre con que ingresaría a la historia unificada, unificada por el trabajo esclavo, el látigo, la mita(2), el alcohol y la viruela.

…La sangría del Nuevo Mundo se convertía en un acto de caridad o una razón de fe. Junto con la culpa nació todo un sistema de coartadas para las conciencias culpables. Se transformaba a los indios en bestias de carga, porque resistían un peso mayor que el que soportaba el débil lomo de la llama, y de paso se comprobaba que, en efecto, los indios eran bestias de carga. Un virrey de México consideraba que no había mejor remedio que el trabajo en las minas para curar la “maldad natural” de los indígenas. Juan Ginés de Sepúlveda, el humanista, sostenía que los indios merecían el trato que recibían porque sus pecados e idolatrías constituían una ofensa contra Dios.

La irrupción del europeo en América obstruye la evolución de los pueblos aborígenes, además de esclavizarlos, diezmarlos hasta la extinción y condenarlos a ignorar su propio itinerario a través de la historia y su visión de la comunidad humana y sus valores.
Según enseña la teoría de los juegos(3)aplicada a las ciencias sociales, las estrategias que solo se preocupan por obtener el máximo beneficio propio no son aquellas que a la larga darán el mayor beneficio a quienes las implementan. Si el tiempo del “juego” se cuenta en siglos y las opciones son las de la humanidad entera, devastar física y culturalmente poblaciones no es una estrategia que termine respetando la integridad de los pueblos que la utilizan. A través de estas teorías tenemos una elaboración científica y computable de lo que Montaigne ya desarrollaba en su ensayo sobre los caníbales(4).

Volviendo a los caníbales, diré que los prisioneros, muy lejos de rendirse por las amenazas que se les hacen, durante los dos o tres meses que permanecen en tierra enemiga están alegres, y urgen a sus amos a darles la muerte, desafiándolos, injuriándolos, y echándoles en cara la cobardía y el número de batallas que perdieron contra los suyos. Guardo una canción compuesta por uno de ellos, en la que se leen estos versos:”Que vengan resueltamente todos cuanto antes, que se reúnan para comer mi carne, y comerán al mismo tiempo la de sus padres y la de sus abuelos, que antaño sirvieron de alimento a mi cuerpo; estos músculos, estas carnes y estas venas son vuestros, pobres locos; no reconocéis que la sustancia de los miembros vuestros antepasados reside todavía en mi cuerpo; saboreadlos bien y encontraréis el gusto de vuestra propia carne.” He aquí una invención que nada tiene de barbarie.

No es mi idea presentar los hechos con un maniqueísmo que apela a la lucha que confronta puros buenos contra absolutos malos. Mi concepción pasa más por la infinita gama de matices que construyen la realidad.
Es simple mantenerse alejado de las políticas que se construyen cuando hay un océano de por medio, donde el que muere es un simple animal que camina en dos patas. Pero ahora es el planeta el que se envenena con dióxido de carbono donde antes el envenenado era un aborigen en las profundidades de las minas del Potosí.

La neumoconiosis había sido la primera enfermedad profesional de América; en la actualidad cuando los mineros bolivianos cumplen treinta y cinco años de edad, ya sus pulmones se niegan a seguir trabajando: el implacable polvo de sílice impregna la piel del minero, le raja la cara y las manos, le aniquila los sentidos del olfato y el sabor, y le conquista los pulmones, los endurece y los mata(5).

Si seguimos con esta idea liberal individualista, según la cual lo debido es perseguir intereses propios, seguramente las cosas seguirán empeorando. Durante el período colonialista tanto en África como en América las potencias europeas condenaron bajo su yugo a pueblos y naciones, no solo eso; sino que además explotaron y saquearon sus recursos naturales al punto del agotamiento. ¿Me pregunto cuanta plata queda en el Potosí? ¿Cuánto estaño barato ha financiado las contiendas norteamericanas del siglo veinte, a costa de indios envenenados? En la actualidad la dominación, no es a la manera del viejo imperialismo del siglo XIX, sino que es a la manera del neoliberalismo. Modelo impuesto a ultranza en todo el planeta a mediados de los años setenta. Puede que sea un poco más sutil el modus operandi, puede que el sometimiento ya no sea a punta de rifle; pero la explotación y el saqueo es peor. Gracias a estados cipayos y clases dominantes que no juegan el rol de ser generadoras de un cambio como naciones independientes, la cosa empeora. Ya no es la quinta flota la que obliga a que bajemos tal o cual arancel a un producto foráneo; ahora existen organismos internacionales que hacen las veces de ejércitos de burócratas que imponen los lineamientos de las potencias mundiales a los llamados con eufemismo “países en vía de desarrollo”.
Cinco siglos después del primer viaje realizado hacia estás latitudes, la cosa lejos de mejorar empeora. Ahora los flagelos quizás parezcan otros. Hablo de calentamiento global, contaminación, desertificación, monocultivos, sequías, latifundios, cierre de fábricas, desempleo y hambre. Pero en definitiva son las mismas cadenas las que ahorcan la esperanza de libertad nuestros pueblos.
Así ha sido hasta ahora, pero el fin de estos tiempos lo produce la misma voracidad humana. La noticia todos los días es que el mundo no solo está globalizado en su economía y en sus relaciones geopolíticas sino, y mucho más profundamente en su atmósfera, en su aguas y en su cambio climático. Tan poderoso ha resultado el poderoso que ya no dependen algunos continentes de otro, ahora el mundo entero depende del producto de sus chimeneas y de sus residuos. Vivimos en una aldea global y el daño que le infringimos a nuestro hogar también va a ser global. Ya la basura del patio trasero se acumula en la puerta de entrada. ¿Hay alguien más ciego que el que no quiere ver? La respuesta es si, el cretino y suicida. Es como querer tapar el sol con la mano. Ya no se trata de no contaminar en una región se trata de conservarla toda para las futuras generaciones. Conservar para ellas el planeta mismo. El cretino no piensa ni en sus propios hijos. Aunque siempre le quedará soñarse pasajero VIP en la próxima colonización del universo. La mariposa que aleteaba en el sufrir del esclavo de las minas se ha de transformar en el devastador huracán que se acerca a las costas de nuestro futuro. Aclaremos: que esto no se use para justificar que la producción que se modere sea la de los países que siempre estuvieron bajo la suela de la bota de los demás. Esta sería una justificación más para en el bochorno de tanta razón aducida para el exterminio.

Citas:
Los números de las citas se encuentran entre parentesis "()".
1)QUINN, Daniel. Ismael. Artime ediciones, Nueva York, 1992.
2)GALEANO, Eduardo. Las venas abiertas de América Latina. Editorial Catálogos. Buenos Aires, 2007.
3)A partir de los trabajos de John von Neumann, Oskar Morgenstern y John Forbes Nash.
4)DE MONTAIGNE, Michel. Ensayos, Libro I, Capítulo XXX, De los caníbales.
5)GALEANO, Eduardo. Op Cit.

sábado, 15 de noviembre de 2008

Notas de lector de los ensayos:

Michel de Montaigne: “De los caníbales”
¿Civilización o Barbarie?
La formulación de la antinomia: civilización/barbarie, tiene su antecedente en la propia historia de Occidente, fijando sus raíces en la época clásica. La construcción de las dos figuras: el civilizado y el bárbaro; surge en Grecia. No obstante, el sentido de “bárbaro” no tenía unas connotaciones despectivas, sólo de distinción. El cristianismo de la Edad Media reelaboró la visión del bárbaro legada por la antigüedad clásica, envolviéndola con los enunciados propios de la cultura medieval. En el siglo XVI, Europa o más específicamente españoles y portugueses emplean la figura del bárbaro como clave de interpretación sobre los indios de América, con lo que se inicia el proceso de barbarización del negro y posteriormente del indio. En nuestro país va a ser Sarmiento el que vea en el gaucho la imagen de la barbarie. Pese a que el indio fue visto en algunas ocasiones como el buen salvaje y otras como un ser preso de sus instintos, degradado y corrompido, el hombre americano fue construido como la antítesis del hombre civilizado por excelencia, el hombre europeo.
En el ensayo “De los caníbales” Montaigne nos da su opinión con respecto a esta contraposición: “Lo que ocurre es que cada uno llama barbarie a lo que es ajeno a sus costumbres. Como no tenemos criterio para distinguir la verdad y la razón más que los ejemplos que observamos y las opiniones y costumbres del país en el que vivimos, para nosotros allí se encuentra la religión perfecta, el gobierno perfecto y el más insuperable uso de todas las cosas. Así, son tan salvajes esos pueblos como lo son los frutos que produce la naturaleza; en verdad creo yo que más bien deberíamos llamar salvajes a las cosas que hemos alterado con nuestros artificios y hemos apartado del orden común.” Aquí, se hace alusión a como el arte no triunfa sobre la naturaleza y considera a nuestras creaciones como invenciones frívolas y vanas.
Para el autor estos pueblos son bárbaros en el hecho de que han sido apenas moldeados por el espíritu humano, y porque aún están muy cerca de su inocencia original.
Con respecto a comerse al enemigo, De Montaigne considera a este hecho de canibalismo como un acto horrible y bárbaro. Pero nos dice que no hay que ser hipócritas, por que al ver las faltas de estas tribus, no vemos las nuestras y dice:”Creo que es mas bárbaro comerse a un hombre vivo que comérselo muerto, desgarrar por medio de suplicios y tormentos un cuerpo todavía lleno de vida, asarlo lentamente, y echarlo luego a los perros…Esto no solo lo hemos leído, sino que lo hemos visto recientemente, y no es que se tratara de antiguos enemigos, sino de vecinos y conciudadanos, con el agravante de que para cometer tal horror quienes lo perpetraron se sirvieron del pretexto de la piedad y la religión.” Aquí el ensayista, se refiere a las guerras entre católicos y protestantes franceses del siglo XVI.
Como dicen: La historia vuelve a repetirse. Año 2008, Guantánamo territorio cubano: el estado que aboga el título de “defensor” de la libertad y la democracia mundial; sabemos que incurre en violaciones a los derechos humanos. Esta base militar funciona como centro de tortura de cientos y cientos de presos políticos que son considerados como amenazas para la “seguridad nacional” o mejor para dicho los intereses nacionales. Entonces me pregunto si ha quedado resuelta la antinomia civilización-barbarie; en mi opinión solo se disfrazo con otros nombres, tales como: “defensores de la libertad” y” terroristas”.
Italo Calvino: “Colección de Arena”
Relojes de arena
Tras leer a Calvino, me surgen más interrogantes que certezas. ¿Qué es lo que lleva a alguien a transformarse en coleccionista de algún objeto? ¿Locura? Puede ser. Pero, creo que es el intento de capturar el tiempo. De vencer al paso del tiempo. Es la idea de la finitud misma del ser humano, un intento de escaparle a la muerte. Por eso el coleccionista tiene el afán de guardar, de conservar cosas y decir que estuvo allí y que de alguna manera aunque el no esté más, algo de su ser prevalecerá.
Según el ensayista, toda colección es un diario. Un diario puede tener diversas características. Puede ser un diario de viaje, diario de sentimientos y de estados de ánimos entre otros. Pero su función principal diría: que es la de ser la prueba del continuo devenir del universo.
Pienso en la colección de arena, pienso en la frase del autor que dice: “Los propios días, minuto por minuto, pensamiento por pensamiento, reducidos a colección: la vida triturada en un polvillo de corpúsculos: una vez mas la arena.” ¡Lo encontré!
Esos frascos son más que envases de vidrio con sílice en su interior, son relojes de arena, que miden tiempos que ya pasaron; épocas de arena de playas vírgenes y ríos desbordantes. Ahora son la muestra de un tiempo enciclopédico, un tiempo que ya pasó. Son la muestra de que el Big bang sigue en expansión.
José Saramago: “Mi subida al Everest”
Buscar la cima
El complicado arte de vivir. Nadie nos explica ¿Cómo vivir? Eso es lo que suele ser desconcertante en determinados momentos de nuestra existencia. Haciendo una analogía de la vida con el ascenso de una montaña, mirar hacia atrás es decir mirar al pasado puede ocasionar varias reacciones: puede generar decepción por considerar haber escalado tan solo unos pocos metros. Otra puede generar vértigo e incluso; habiendo escalado muchos metros no garantiza sentirse estable a esas altitudes e incluso puede que la falta oxígeno no nos garantice pensar correctamente.
Algo queda claro, y eso es que detrás una cima, siempre hay aún un pico aún más alto y ese es el objetivo: la superación. Ese superarse conlleva una transformación interna, y a la vez una transformación del mundo, por mínima que parezca. No hace falta hacer una revolución para cambiar al mundo, cada uno debe empezar por sí mismo para cambiar algo.
Lo más importante es que en el ascenso en búsqueda de los ideales, nunca estemos solos, aunque parezca que lo estemos por momentos, siempre hay alguien que nos va a ayudar. Por último lo más importante es que venzamos nuestros miedos, por que esa es la única forma de mantenernos en ese viaje hacia arriba que es la vida.
Umberto Eco: “La estrategia de la ilusión”
Cuestión de olfato
¿Cuál es proceso que realiza un intelectual para escribir un texto? Como estudiante de comunicación pienso en la cantidad de autores y autores que leo y que releo durante la carrera. A veces me pregunto: ¿como un mismo escritor puede cambiar tanto su forma de pensar de un texto a otro? Reformulo mi pregunta: ¿como hay pensadores que no pueden cambiar su forma de pensar con el correr de sus trabajos? No se que es peor de todo ello.
Es interesante la diferencia que establece Eco con respecto a la manera escribir que se utiliza diariamente en los periódicos y la forma de redactar que usa en sus libros.
En el periódico se trabaja con hechos para dar origen a hipótesis, que no se pretende transformarlas en leyes. Lo que se busca, es que el lector saque sus propias conjeturas de ciertos asuntos.
Para él, muchas de las teorías publicadas en sus obras se fueron elaborando a partir de las observaciones que el mismo hizo de la realidad. Para ello es imprescindible mantener alerta lo que Roland Barthes llamaba el “olfato semiológico”. Este que sumamente imprescindible para poder detectar mensajes donde parecería haber nada más que cosas vulgares. Creo que ese el desafío que tenemos los futuros profesionales de la comunicación, desarrollar por así decir un sexto sentido. Que nos permita ver más allá hechos de la realidad, para encontrar de esta manera las cuestiones de fondo de la actualidad, para eso es importante una mirada crítica y un tanto escéptica.
Normalmente cuando estoy preparando algún parcial, me pregunto por los intelectuales que tantas páginas de sus libros se dedican a hablar de compromiso político. Para Eco, existen diferentes maneras de hacer política, siendo intelectual. Según él, si se elige el discurso periodístico es menor la responsabilidad que si se elige el discurso científico, por que aquí las hipótesis son provisionales. Pero corren el riesgo del juicio inmediato. En cambio en los libros, el proceso de escritura pasa por un desarrollo de elaboración y reelaboración, donde uno puede dejar decantar las ideas y corregirse si hiciera falta, aunque es menor el riesgo aún aquí se corre el riesgo de no estar en lo cierto.
En palabras de Eco: “No solo tengo siempre miedo de equivocarme, sino que también tengo miedo de lo que hace que me equivoque tenga razón”.
Finalmente la escritura es todo un desafió que va pasando por distintos, estadios, lugares y responsabilidades que uno al comenzar a escribir ignora y solo toma conciencia una vez que pone punto final al texto.

viernes, 14 de noviembre de 2008

Reseña de las Jornadas Académicas 2008. “Producir teoría, pensar las prácticas”

Área 6- Discursos y lenguajes.
Mesa 1- Discursividades.
Del Coto y Varela: “Variaciones de la discursividad política y estética en Youtube: en el caso del “Campo vs. Gobierno”.
Mellela, Cecilia: “La construcción discursiva del ser griego en Buenos Aires”
Sabbatella, L.: “Diagnóstico crítico sobre los discursos de la literatura Argentina de ficción narrativa…”
Sapoznikow, Wendy: “Educar al ciudadano competente. Análisis discursivos (…) en la revista Zona Educativa.”
Grupo Umma- Hijos del Pueblo (Karina Bidaseca):” El cóndor, la larga noche y el día, y el arco iris también.”

Es jueves, hace un calor insoportable, encima son las cinco y diez de la tarde; no llego a la charla, todo por la culpa del quince que se desvió antes de llegar al parque. Apresuro el paso, entro en la facultad a toda velocidad por la puerta de Franklin, esquivo a uno que me quiere dar un panfleto con las propuestas de su partido. Me sale otro militante al cruce, lo gambeteo con toda habilidad, lo único que llego a escuchar es – “Hola, te dejo las propuestas de…”- lo demás no se alcanza a oír, ya no hay militantes a la vista. Además de llegar tarde, no sé en que aula es la charla. Subo por la escalera principal hasta el segundo piso con el resto de aire que me queda. Veo que en el aula 201 hay muchos alumnos, una profesora conectando un micrófono y un instrumento muy inusual, si es un espécimen atípico en la facultad: un proyector. Evidentemente esa debía ser la reunión. Así que me acomodo por el fondo y como no veo caras conocidas supongo que debe ser por el horario. Comienza la clase.
Profesora: -Como dijimos la clase anterior, esta es la última clase antes del parcial, así que hoy vamos a retomar…-
-¡Que idiota que soy!- Me levanto sin llamar la atención y alcanzo a huir por la puerta trasera, sin que nadie se dé cuenta. Voy al lugar donde debería haber empezado mi búsqueda, el departamento de la carrera. -¡Por fin!- Un hombre de muy buena manera me explica que ya empezaron las mesas, me dice el número del aula que estoy buscando.
Son las 17.15, entro en el aula 5. Deben ser en total diez personas sentadas en círculo. Sin preguntar nada me siento, seco el sudor de mi frente y empiezo a anotar. Al cabo de unos minutos recién entiendo de lo que se está hablando. La profesora, una mujer delgada de unos cuarenti y tantos, habla tan rápido y con esa voz de fumadora compulsiva que me cuesta llegar a tomar apuntes. Esta hablando de cómo representaron los medios de comunicación los diferentes actores del conflicto del campo. Le indican que le queda muy poco tiempo, hace un esfuerzo por hablar aún más rápido. Comenta el papel que tuvo Youtube en la confrontación, habla de juegos de hipertextualidad en los videos a favor y en contra de los protagonistas. Profesora- “¿alguien tiene alguna pregunta?”- Silencio. Doy gracias a dios que nadie preguntó.
Segunda ponencia.
Una mujer joven, pelirroja y de gran estatura toma la palabra. Se nota en su vos que está haciendo un esfuerzo grande para vencer la timidez. -“Hola soy Cecilia Mellela, soy egresada de esta carrera y mi exposición es acerca de: “La construcción discursiva del ser griego en Buenos Aires”- Hace un alto en su discurso. Se ruboriza. Luego continúa hablando suave y pausadamente. Explica como se formó la identidad griega en Buenos Aires. Existen varios ejes del discurso. El primero es el discurso académico, se refiere a los textos antigüedad como Platón y Aristóteles. Según este eje, Grecia se va construir como fundante e histórica. Desde el eje Mediático, se construye desde el tema del turismo. Con respecto a la temática de la divulgación, Grecia va a ser tomada siempre desde lo histórico, como si hubiera quedado congelada en el tiempo.
Para sorpresa de todos, termina de exponer antes incluso del tiempo establecido.
Nadie hace preguntas ¿timidez? o ¿solo es desinterés?
Toma la palabra el siguiente expositor. Para mi sorpresa, veo que es un muchacho muy joven, no debe superar los veintitrés años. Usa anteojos y es muy flaquito, toda una rata de biblioteca. Se presenta, su apellido es Sabbatella. Primero se acomoda los lentes y entonces luego empieza a hablar. Su ponencia se trata de “¿Cómo se piensa a sí misma la literatura argentina?” Me cuesta seguirlo habla rápido, gesticula mucho y tiene un tono de voz que me molesta. Como sí buscara constantemente lograr una entonación que parezca más intelectual de lo que es.
Empieza a explicar un tema y enseguida salta a otro; no profundiza. Habla del canon y la idea del tiempo. Comenta al pasar que hay una vuelta de la literatura argentina a la ficción y al realismo. Afirma enérgicamente que no hay corrientes o tendencias en la literatura argentina en la actualidad. Pienso ¿Cuánto faltará para que termine? No para de revolear sus manos mientras explica. Prosigue con su línea de afirmaciones y dice que la literatura de Walsh no produjo continuadores. Yo me permito dudarlo. Afortunadamente, la siguiente expositora se señala la muñeca como muestra de que ya es momento de concluir. Finalmente para el, los pilares de la literatura argentina contemporánea son: Marcelo Cohen, Juan José Becerra y Alan Paus quien es según su criterio el mejor escritor argentino del momento.
La siguiente en exponer es Wendy Sapoznikow. Su entonación denota tranquilidad, a diferencia de los demás es la que mejor explica de qué se trata su trabajo. Empieza por contarnos la relación que existe entre la educación y el trabajo. Cuenta que a partir de las reformas neoliberales en el estado, se buscó la eficacia en el marco educativo. La ley de educación de 1993 es el paradigma de los cambios que impuso el neoliberalismo en el sistema educativo. El mercado laboral cambiante de la década de los noventa, sale a atacar a la educación que preparaba para las fábricas. Este pasa a ser un sistema obsoleto, que se puede identificar claramente con el peronismo.
Parece estar concluyendo la ponencia cuando aparecen tres hombres que irrumpen de repente en el aula. Pero estos no parecen del centro de estudiantes, diría que son algo raros para la facultad. Tienen el pelo largo, usan collares y se parecen mucho entre ellos. Un compañero, se levanta y los hace ubicarse en unas sillas cercanas. La ponente, finaliza lo que está diciendo. En ese instante un compañero entra con un televisor y nos explica que vamos a ver un corto que dura aproximadamente veinte minutos y que luego nos explicaran de qué se trata su exposición.
La película es un pequeño documental creado por los alumnos de la facultad. Ahora, esos mismos hombres que habían ingresado al aula minutos antes, aparecen en pantalla dando sus testimonios.
Desde sus comienzos, las reuniones en la esquina hasta llegar a formar el centro cultural que lleva el nombre de “Hijos del pueblo”. Todos son descendientes de alguno de los pueblos originarios de América del Sur. –Soy una de las miles de hormigas que trabajan en la recuperación de las antiguas naciones-. Nos cuentan del movimiento indígena, y su paso por la política. Es realmente interesante el proceso de transformación interior que le sucede a cada uno de los integrantes de la comunidad. Desde la ceremonia de asignación de nombres, cada uno cambiará su nombre por otro en idioma nativo. Esto representa un compromiso de la persona hacia el pueblo y del pueblo al individuo. Es llamativo el proceso que se genera también en la comunidad aborigen, ya que hasta el año 1992 la cultura indígena estaba cerrada a si misma, sus costumbres se transmitían de generación en generación por la palabra. Pero a partir de este año empiezan a salir a luz sus costumbres, quieren mostrarse ya sin miedo a la discriminación.
Pero sin lugar a dudas hay una frase que debo destacar para finalizar y es la siguiente: -“No somos ni latinoamericanos, ni sudamericanos; nosotros somos pueblos originarios”.-
“El cóndor, la larga noche y el día.”

miércoles, 12 de noviembre de 2008

¿F.SOC o F.S.O.S?


No es ninguna novedad que la educación argentina, se encuentra en momento de seria crisis. Este lento desangrar de la educación argentina, tiene un claro punto de inicio con la instauración del nuevo modelo económico neoliberal impuesto a sangre y fuego por la dictadura del 76 y claramente profundizado por el ex presidente riojano durante la infame década de los 90.
Pero este modelo está más vigente que nunca con los Macri y con los Kirchner. No está en los planes de ninguno de ellos crear nuevas generaciones de ciudadanos pensantes, que tengan capacidad crítica, para discernir en que es lo mejor para la sociedad. De esta manera las clases dominantes que si poseen toda la educación necesaria son los que terminan decidiendo por los demás.
Está más que claro que con el fin del modelo productivo de industrialización por sustitución de importaciones, en el que la escuela formaba a profesionales para que trabajaran en el país, la educación pública, libre, gratuita y de primer nivel entró en peligro de extinción. La Ley Federal de educación significó otro duro golpe, para la ya castigada educación primaria y secundaria. ¿Alguien quiere decirme que resultados positivos trajo la implementación de esta ley? Además de lograr que cada vez menos chicos egresen del secundario y aún menos terminen ingresando a una carrera universitaria.
No seamos tontos, ¿o acaso ahora que se cae una viga nos damos cuenta del deterioro de la calidad educativa? Estoy cansado de los oportunistas que aprovechan la circunstancia para ver si pueden sacar algún voto más para llegar a ser elegido como nuevo representante de los estudiantes. ¿Centro de estudiantes? ¿Dónde? ¿Cuál? ¿Se refieren al centro de fotocopiado? Cada vez más, aquellos que se arrogan nuestra representatividad gozan de una legitimidad inexistente. En las elecciones del centro vota menos de la mitad de los estudiantes. ¿Eso es legitimidad? También estamos cansados de aquellos que dicen ser una oposición coherente. ¿Coherente con más de lo mismo? Todos van en busca de lo mismo. Todos quieren la plata.
Pongámonos de acuerdo en algunas semanas lo de la viga quedará olvidado, ¿Cuántas vigas más necesitaríamos que se caigan para que realmente cambie algo? Muchos intereses ocultos y no tan ocultos, están esperando que de una vez por todas se caiga la educación publica. No es solo la Facultad de Ciencias Sociales, no solo es la UBA, son todas las universidades, escuelas primarias, escuelas secundarias y técnicas del país. El reclamo, no se trata solo de un edificio, se trata del gran edificio futuro que es la Argentina de los que vienen después de nosotros. Que se construye con esfuerzo, dedicación y sobre todo con educación libre, gratuita e independiente para todos los habitantes de nuestro país.

martes, 11 de noviembre de 2008

Notas del Lector de cinco crónicas del Libro: "La Argentina Crónica"


Operación Ja Ja
Me vienen a la mente mientras leo esta crónica, cientos y cientos de grandes series humorísticas de TV. Por alguna razón nunca me cuestioné las carcajadas que marcan los chistes en los sketch. ¿Quiénes son los que se ríen? ¿Se ríen? ¿De que se ríen? A medida que avanzo en la lectura, siento un poco de miedo de ese enfermizo mundo de hilaridad extrema. Algo no anda bien ahí. Pienso en esa pobre gente esclavizada a reírse cada vez que se lo indica el dictador, digo el director. El clac, es el nombre “científico” de estos profesionales de la risa y no es una broma. Tienen un gremio bien organizado y un sueldo fijo como cualquier otro trabajador.
Empiezo a desesperarme, entonces: ¿de que me río cuando me río? Voy un paso mas que Descartes ¿Río, luego existo? Me apuro para terminar de leer. Instantáneamente pienso ¿que sería de la mayoría de los programas de humor sin esas carcajadas profesionales? Creo que la mayoría de los programas de Sofobich, serían nada más que una vidrieras para ver los culos que están de moda; sería una bajada de línea de machismo demasiado obvia ¿a no era así, incluso con las risotadas?
Me siento un “reidiotador”, perdón quise decir reidor. Tiemblo ¿no me estaré volviendo un poco hipocondríaco?
¡Basta! ¡Basta! Que bueno que hoy es lunes. Ya empieza en canal siete, “Peter Capusotto y sus videos. ¡Jajaja! Así que me voy.

La política en los boxes
Cuando estaba en secundario, recuerdo que en los manuales de Educación Cívica se explicaba que nuestra democracia estaba compuesta de tres poderes; cada uno independiente del otro. El ejecutivo, el legislativo y el judicial. Tras leer esta crónica; todo lo leído en mis tiempos de colegio se asemejan a meros cuentitos infantiles.
Pienso en el 2001 y en el “que se vayan todos” que tanto pedía opinión publica por aquel entonces. ¿Cómo se crea una ley? La respuesta del manual de cívica diría que el proyecto de ley entra por una de las dos cámaras (diputados o senadores), es aprobada, pasa a la otra y finalmente el presidente tiene el poder para vetarla o ratificarla. Pero tras leer esta crónica queda en claro que esto no es tan así.
Alianzas, leyes, acuerdos, coimas y así podría seguir son el resultado de un circuito no muy conocido por el común de la gente. Pienso en maletines llenos de dinero, me viene a la cabeza un tema olvidado o estratégicamente olvidado por los medios de comunicación y por la justicia. ¿Quién se acuerda de las coimas en el senado? ¿Quién se acuerda del “arrepentido” Mario Pontaquarto? El ex secretario parlamentario del senado y testigo clave en la causa de los sobornos para la reforma de la ley laboral impulsada por el gobierno del ex presidente De la Rúa.
No podemos ser tan estúpidos, pienso. Parece que nadie le conviene que se sepan ciertas cosas; mejor dicho que se sepan ciertos modos y formas de hacer política que siguen vigente desde la segunda década infame. Cafés, restoranes, cabarets, aviones; entonces pienso en los sobres, las cuentas bancarias y me parece que me quedo corto. En fin es ahí donde todavía hoy en día se hace la “verdadera política”. Bueno la política que tenemos. Una vez que llega a algunas de las instituciones del poder, todo ya está, como se dice en la jerga “cocinado”.
Releyendo el título de la crónica, se me ocurre que vendría bien mandar un rato la política a los boxes, para cambiar a los que “la hacen”.

No tan Buenos Aires
Leyendo la crónica de Plotkin, pensaba como serían estas tierras en los tiempos en que Pedro de Mendoza fundaba Buenos Aires. Una tierra virgen, con grandes extensiones de tierras fértiles, ríos sin un centímetro cúbico de contaminación y desbordantes peces aptos para el consumo humano.
Estamos ya en el año 2008, en un mundo donde la diferencia entre países pobres y ricos es abismal. Dentro de la periferia o como prefieren llamarle ahora tímidamente los políticos: “en vías de desarrollo”. Estamos en Argentina, pero dentro de este país hay también más periferia con esto quiero decir: más pobreza, más exclusión y más contaminación.
Dock Sud, es dentro del conurbano bonaerense, el referente máximo de la desidia de los dirigentes. Se trata nada mas ni nada menos que del polo petroquímico de donde sale el combustible que abastece al mercado interno y a los países dueños de las grandes firmas petroleras. Es el caso de la empresa Shell, sus propietarios prefieren contaminar y destruir la vida de los países como el nuestro, que carecen de una legislación que proteja los recursos naturales. El otro motivo por el que producen su combustible aquí es cuestión simplemente de números.
Villa Inflamable, como se denomina a la población que “vive”, mejor dicho sobrevive en las proximidades de las fábricas. No estamos al otro lado del mapa; sino a escasas 27 cuadras de la casa Rosada y es un peligro tanto como para sus pobladores como para todo Buenos Aires. La explosión de este Polo, significaría un poder destructivo equivalente al de una bomba atómica. Noticia bomba, ¿No?
Por otro lado es tal la contaminación que hay en el agua, en el aire y en la tierra que es alarmante la cantidad de enfermedades que padece la gente. Problemas respiratorios como el asma, afecciones en la piel como la urticaria y hasta cáncer es con lo que se enfrentan día a día los vecinos.
Finalmente, la negligencia de quienes nos gobiernan es total. No sólo no hacen nada, sino que parecen ser coparticipes de este Auschwitz local. Obviamente, deben tener una muy buena razón económica para que todo esto siga igual. Para concluir, cabría que recordar que la salud y el medio ambiente también forman parte de nuestros derechos como individuos. ¿O ya se olvidaron también de eso?

El turismo menos pensado
Dichos populares tales como: -¡Que país generoso!-, -¡Este país da para cualquier cosa!- y -¡Acá el que no llora no mama y el que no mama es un Gil!- como dice el Cambalache son algunas frases que se me van viniendo a la mente mientras leo. Nosotros como argentinos siempre reivindicamos la bendita viveza criolla, desde siempre fuimos maestros en el arte de zafar. Entre otras cosas repetimos que creamos el colectivo, la birome y la transfusión sanguínea.
Una vez mas la capacidad inventiva argentina demuestra que no tiene límites, en este caso se trata un nuevo tipo de negocio. Si, ahora también somos expertos en turismo de masas. Pero ¡atención! de lo que se trata es de una clase nueva clase de turismo extremo. En países como Brasil uno puede hacer un tour por las favelas de Río de Janeiro y volver para contarlo por una buena suma de euros. Acá como los argentinos “somos los mejores del mundo”, por eso tenemos las mejores ideas, las mejores minas y los mejores… travestís. ¿Cómo?
Si como suena, travestis o más conocidos como travas. De eso se trata turismo de vanguardia que propone Martín Roisi. El “Trava Tour” propone una incursión por las zonas mas calientes de la zona roja, por las casas donde conviven familias travas y parejas como Lorena y Flor (Travianas).
A medida que avanza el paseo exótico-erótico, los extranjeros, con su buena cantidad de euros en su poder se irán sacando de encima los tabúes para finalmente hacerse consumidores de nuestras bellezas naturales, o no tan naturales.
Este trabajo de Julián Gorodischer, me lleva a pensar a que en Argentina, todavía falta mucho por trabajar con el tema de la discriminación. En el caso de los travestís va desde el típico insulto callejero, o hacerlas votar en las mesas de hombres, hasta tenerlas trabajando en condiciones de semiesclavitud.
Por lo visto, también somos los mejores en discriminar y discriminarnos.

Los dueños del fin del mundo
Esta historia se trata de los verdaderos dueños de las tierras argentinas, ¿los pueblos originarios? No. Me refiero a los magnates como: Ted Turner, Ward Lay, Luciano Benetton entre otros extranjeros. No es casualidad que la legislación argentina sea por lo menos ineficiente frente a la compra, por no decir rifa de nuestro territorio frente capitales extranjeros. Una vez más somos espectadores del robo frente nuestras propias narices. ¿Qué hace el estado frente a esta situación? Nada. Tierras, glaciares, lagos y miles de kilómetros de tierras vírgenes a merced de lo que pueda pagar la cuenta bancaria de estos “humildes” empresarios. Se manejan como grandes señores medievales, cuyos feudos están delimitados directamente por cercos, tranqueras y alambrados. Patrimonios como Lago Escondido permanecen prácticamente inaccesibles para cualquiera que quiera tan solo disfrutar del agua, recurso natural al que tenemos derecho constitucionalmente. Pero finalmente, hecha la ley, hecha la trampa. Esa si parece ser la ley de oro en argentina.
Pienso en lo miles y miles de kilómetros que posee el simpatiquísimo italiano de las remeras, que cuenta con la mayor cantidad de ganado ovino del país para la confección de finísimas telas que terminarán invadiendo los mercados internacionales; a consta de quitarle el territorio a miles de pobladores autóctonos. Históricamente se nos hizo creer, que la Patagonia era un territorio vacío. Vacío quedó, tras la campaña del “desierto” consumada por el genocida más grande de la historia argentina: Julio. A. Roca quién se encargó personalmente de acabar con “la amenaza del indio”.
Pienso finalmente en la doctrina Monroe y no me refiero a una actriz. La doctrina Monroe sintetizada en la frase “América para los americanos”, fue elaborada por John Quincy Adams y atribuida a James Monroe (quinto presidente de Estados Uidos) en el año 1823. Dirigida principalmente a las potencias europeas con la intención de que los Estados Unidos no tolerarían ninguna interferencia o intromisión de las potencias europeas en América.
¿América para los americanos? ¿Qué americanos? Evidentemente para norteamericanos como el presidente de la CNN quien aprovecha sus días libres pescando en los ríos del sur o el naturalista Tompkins, empresario que no para de comprar tierras en la argentina. Casualmente, dentro sus extensísimas propiedades se encuentran algunos de los reservorios de agua potable más importante del continente.
Paradójicamente un país tan rico y tan extenso, no puede aprovechar sus recursos y ni siquiera tiene un marco jurídico que proteja lo que queda. Lo más alarmante es que no existe siquiera este debate en la opinión pública. Por ende no hay una política de estado frente a este fenómeno, por que: “hay política donde existe una necesidad, ¿no es así?

sábado, 8 de noviembre de 2008

Ensayo: La Argentina crónica.

¿Crónica? ¿Qué es una crónica? ¿Periodismo? ¿Narración? ¿Ambas? Son estas algunas de las preguntas que surgen en primera instancia. Empiezo a escribir y tengo más dudas que certezas, ¿Qué es? Abro el diccionario y leo algunas definiciones:
“1) adj. [Enfermedad] de larga duración o habitual:
Ejemplo: Faringitis crónica.
2) Que viene de tiempo atrás:
Ejemplo: La falta de organización es un mal crónico en esta empresa.
3) f. Relato de acontecimientos históricos ordenados cronológicamente:
Ejemplo: Las Crónicas de Alfonso X.
4) Artículo periodístico sobre temas de actualidad:
Escribía una crónica en ese periódico todas las semanas.”
Como primera conclusión, en todas las definiciones aparece el mismo denominador común: “el tiempo”. Según Caparrós:” Siempre que alguien escribe escribe sobre el tiempo, pero la crónica – muy en particular- es un intento siempre fracasado atrapar el tiempo en el que uno vive. Su fracaso es una garantía: permite intentarlo una y otra vez-…”
Desde Heródoto hasta Walsh, siempre hubo y hay una necesidad de capturar el tiempo en el que se vive. De querer congelar ese momento, desde guerras, viajes, y escenas cotidianas. Pero con la llegada de la fotografía a los diarios y los “editores urgentes”, cada vez hay menos lugar físico e ideológico para este género.
Dejo de tipiar.
Entonces pienso que todo cobra sentido. Releo la definición que decía: “adj. [Enfermedad] de larga duración o habitual”. La crónica, como también dice la palabra, está enferma. ¿Está enferma? ¿Se trata de una enfermedad crónica? En alguna medida esto es así, va desapareciendo progresivamente de los medios gráficos. Parece ser que realmente se cumple el dicho popular: “una imagen vale más que mil palabras” al punto que queda restringida a un pequeño grupo de revistas selectas. Maximiliano Tomás ratifica esta hipótesis:”la crónica presenta ciertas dificultades de circulación en un mercado periodístico como el actual, en el que relatos extensos parecen ser abolidos por decreto y en el que la imagen ha plantado la bandera de su preeminencia…pocos medios están dispuestos a dedicarle espacio a un texto largo ya que se supone- los dicen los editores, lo vocean los anunciantes, lo repiten todos-, los lectores ya no leen.” Me resisto a creer que esto sea cierto. Pero, por otro lado se habla del auge de la crónica latinoamericana. Como un género de barricada, que se resiste a darse por vencido. Donde no se subestima al lector, donde la subjetividad y los puntos de vista del autor son esenciales. Mirar es esencial, para el cronista. “Permitirle al lector que reaccione, no explicarle como debería reaccionar.”(Caparrós) Mientras tanto desde los medios se intenta convencer al lector diciendo que la primera persona en el texto quita autoridad. Se empecinan en borrar las marcas de subjetividad, en teoría serían textos transparentes y a-ideológicos, lamento de decir que no es así.
Entonces la misión que tiene la crónica es venir a contar aquellas historias que no se escriben en los diarios, por no ser consideradas noticias. Además nos muestra que hay otras miradas y que están políticamente comprometidas.
Tanto la crónica, como nuestro país parecen tener en común el hecho de estar al límite. Limites entre la ficción y lo real. La Argentina crónica se trata de las nuevas generaciones de periodistas que buscan hacer un poco de ruido en la cabeza del lector; se trata entonces de hacer pensar, de “pinchar” para obtener alguna respuesta. Nos habíamos olvidado de los sentimientos y como una historia puede generar bronca, alegría, tristeza, odio y hasta ganas de no leer más.
Finalmente, es una pequeñísima radiografía que nos permite mirar, observar, leer y releer situaciones de sucesos reales que parecieran bordear la imaginación. Pero no. Es un conjunto de historias de una argentina convaleciente, de una Argentina crónica.

jueves, 6 de noviembre de 2008

Ensayo: Estación Central.


“…-Adiós -dijo el zorro-. He aquí mi secreto, que no puede ser más simple: Sólo con el corazón se puede ver bien. Lo esencial es invisible para los ojos.

-Lo esencial es invisible para los ojos -repitió el principito para acordarse…” 1

¿Qué tienen en común una vieja que sobrevive a costa de la ignorancia ajena y un niño que acaba de quedar solo en el mundo tras perder a su madre?

¿Lo esencial es invisible a los ojos? ¿Qué es lo esencial? Esta historia de vida y de viaje se trata de eso: de la búsqueda de la esencia; de lo esencial.

Ambos personajes se encuentran solos; por un lado el chico, con su corta edad, quiere encontrar a su padre a quién no conoce. Dora, siempre vivió sola, gana dinero escribiendo cartas para los analfabetos. Eso sí, primero ella juzga previa lectura, que mensajes serán realmente enviados y cuales no; todo dependiendo de su contenido.

“… ¿Qué significa "domesticar"? -volvió a preguntar el principito.

-Es una cosa ya olvidada -dijo el zorro-, significa "crear lazos... "

-¿Crear lazos?

-Efectivamente, verás -dijo el zorro-. Tú no eres para mí todavía más que un muchachito igual a otros cien mil muchachitos. Y no te necesito. Tampoco tú tienes necesidad de mí. No soy para ti más que un zorro entre otros cien mil zorros semejantes. Pero si me domesticas, entonces tendremos necesidad el uno del otro. Tú serás para mí único en el mundo, yo seré para ti único en el mundo…” 2

De eso creo que se trata la vida, de crear lazos; lazos de amor. El niño y la señora, se irán dando cuenta a través de las vicisitudes de cuanto depende el uno del otro. Ese largo y extenuante viaje terminará transformándolos. En términos del Principito: ambos se domesticarán. Para ninguno de los dos, el otro no será un brasilero más de los miles que caminan por los andenes de la estación. Sino que de ahora en más serán responsables el uno del otro, ¿Será eso quizás el amor? ¿Será eso quizás lo esencial?

“...-Lo que hace más importante a tu rosa, es el tiempo que tú has perdido con ella.

Es el tiempo que yo he perdido con ella... -repitió el principito para recordarlo.

-Los hombres han olvidado esta verdad -dijo el zorro-, pero tú no debes olvidarla. Eres responsable para siempre de lo que has domesticado. Tú eres responsable de tu rosa...

-Yo soy responsable de mi rosa... -repitió el principito a fin de recordarlo…” 3

(1; 2; 3) Saint Exupéry, Antoine; El Principito; Capitulo 21.